PP y Vox no alcanzan un acuerdo para acabar con la imposición del catalán en las aulas en Baleares

Vox exige la derogación de la Ley de Normalización Lingüística y de las normas que dan prevalencia al catalán sobre el español

El PP ofrece garantizar la libre elección de lengua en la primera etapa de la enseñanza y Vox la exige en todo el ciclo escolar

Principio de acuerdo en Baleares: Prohens presidirá el Govern y Vox el Parlament

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Miquel Ángel Font

PP y Vox no han logrado de momento un acuerdo sobre la forma para acabar con la imposición del catalán en las aulas y este es el principal motivo por el que no se ha firmado el pacto definitivo. Vox exige acabar con la dictadura del catalán en la enseñanza pública de Baleares y, para ello, considera imprescindible establecer la libre elección de lengua de enseñanza en todo el ciclo educativo. El PP, con Marga Prohens al frente, plantea la libre elección de lengua en la primera etapa de la educación, en la fase de lectoescritura.

Acabar con la dictadura el catalán en la enseñanza es la línea roja marcada por la formación de Santiago Abascal para firmar un acuerdo con el PP que facilite la investidura de Marga Prohens como presidenta de Baleares en sustitución de la socialista Francina Armengol.

En el preacuerdo firmado a última hora del lunes de la pasada semana se menciona textualmente que «los padres podrán elegir libremente la primera lengua». Es una redacción ambigua que consensuaron PP y Vox para cerrar el preacuerdo pero con la intención de seguir negociando este punto.

La exigencia de Vox de garantizar la libre elección de lengua en toda la etapa educativa implica derogar la Ley de Normalización Lingüística aprobada en 1986 por un Gobierno del PP, el que presidía Gabriel Cañellas. Esta ley ha facilitado el desarrollo de toda una serie de normas que ha utilizado el pacto de izquierdas para imponer la inmersión lingüística en las aulas de Baleares, donde los centros públicos imparten el 100% de las asignaturas en catalán.

Vox le exige al PP la derogación de esta ley y su sustitución por otra donde no se conceda prevalencia al catalán sobre el español. El PP de Marga Prohens no es partidario de fulminar la Ley de Normalización Lingüística, sobre todo por el temor a una contestación social similar a la que vivió el partido durante el Gobierno de José Ramón Bauzá. Por ello, está buscando otras fórmulas que permitan contentar a Vox y aquí es donde las negociaciones están encalladas.

El documento del preacuerdo también dice que «se modificarán las normas que supongan una imposición lingüística, asumiendo que en la comunidad existen dos lenguas oficiales». Ello implica derogar, o al menos modificar, la Ley de Educación de Baleares aprobada por el Govern de Armengol en febrero de 2002.

Esta ley educativa establece que la única lengua vehicular de enseñanza en Baleares es el catalán. En este punto sí que hay acuerdo y el PP ya ha anunciado que el español volverá a ser lengua vehicular. Falta concretar, aquí tampoco hay acuerdo, el porcentaje mínimo de clases que deben impartirse en cada lengua.

La formación de Santiago Abascal insiste en la libre elección de lengua en toda la etapa educativa sin establecer límites al español mientras que el PP se aferra a las sentencias judiciales que obligan a impartir al menos el 25% en español.

En cuanto al requisito del catalán para trabajar en la Administración Pública de Baleares hay acuerdo en que se debe eliminar para el personal sanitario, pero Vox va más lejos y exige que se elimine en todas las áreas. En este punto el acuerdo es posible y el PP no descarta volver a considerar el conocimiento del catalán como un mérito para ser funcionario, pero no como un requisito.

Es por el tema del catalán en las aulas que PP y Vox no han cerrado el acuerdo, aunque también se está profundizando en otros puntos del documento firmado el pasado lunes y que hacen referencia al control de la inmigración ilegal, la protección de la mujer y de las menores tuteladas y la rebaja de impuestos. En estos temas parece que no habrá problemas.

Debido a la falta del acuerdo definitivo, Vox no garantiza, de momento, la abstención en la sesión de investidura de Marga Prohens. El voto afirmativo parece descartado. De todos modos ambas formaciones están plenamente convencidas de que se alcanzará un acuerdo de mínimos y que la próxima semana Prohens será presidenta con la abstención de Vox.

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